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Juan, 45 años


"Llegué a Alcohólicos Anónimos cuando sentí que lo había perdido todo: mi familia, mi trabajo, y casi mi vida. Durante años, el alcohol fue mi refugio, pero también mi cárcel. Al principio, me daba vergüenza hablar en las reuniones, pero poco a poco, entendí que no estaba solo. Aquí aprendí que admitir mi problema no era un fracaso, sino el primer paso hacia la libertad. Hoy, con tres años de sobriedad, he recuperado la confianza de mi familia y, sobre todo, mi amor propio. Estoy agradecido de haber encontrado este camino."

María, 32 años


"Mi vida giraba en torno al alcohol. A pesar de ser joven, mi dependencia me llevó a perder amigos y oportunidades laborales. Pensaba que podía manejarlo sola, pero cada vez que intentaba dejar de beber, recaía más fuerte. En AA descubrí que no era débil por necesitar ayuda. Los 12 pasos me enseñaron a enfrentar mis miedos y aceptar mis errores. Hoy, tengo un año y medio de sobriedad y estoy construyendo una vida llena de propósito. Aquí encontré una nueva familia."

Luis, 56 años


"Soy alcohólico en recuperación y llevo cinco años asistiendo a AA. Antes de llegar aquí, el alcohol me llevó a la ruina: dañé relaciones importantes y llegué a vivir en la calle. Nunca pensé que podría volver a sonreír, pero los compañeros de AA me mostraron que siempre hay esperanza. Con su apoyo, y aplicando el programa de los 12 pasos, he aprendido a vivir un día a la vez. Ahora soy un hombre diferente: trabajo, ayudo a otros y valoro mi sobriedad más que cualquier cosa."
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